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El punto de inflexión

 

Artículo de opinión de Guillermo Uruñuela, redactor www.radiomarcalanzarote.com 

  • Guillermo Uruñuela
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  • El fútbol es como la vida. A lo largo de una competición regular, sea cual sea la categoría, llega un momento en el que las cosas mejoran por incorregibles que parezcan. El giro en el guión establecido puede fraguarse en un espacio acotado y breve en el tiempo. Y no sabes por qué, pero llega. Nada es eterno, ni las rachas positivas ni aquellas en las tropiezas continuamente en tu particular búsqueda de objetivos.

    Y es que todo ello mucho tiene que ver con la psicología y con el estado de ánimo del futbolista. En el día de ayer, la UD Las Palmas afrontaba un choque con tintes dramáticos ante el Málaga CF. Un envite en el que los dos equipos soportaban la presión del miedo a perder, más que la satisfacción de la victoria. Un pie salvador de Chichizola y un gol de Halilovic en el 90 han cambiado radicalmente la película. 

    En los momentos oportunos se escriben las historias y ahora, podríamos estar hablando de otra bien distinta, si el remate de Keko hubiese sobrepasado la bota del meta argentino de Las Palmas. No obstante, siempre ha sido grande la diferencia -y más en deporte- entre lo que pudo haber sido y lo que fue.

    Algo similar, en el panorama local, ocurrió en el choque del US Yaiza. Los sureños abordaban el choque ante la UD Ibarra con la certeza de que un fallo les hubiese dejado errantes en la competición; sin embargo, tres puntos podrían avivar la llama de la esperanza -como ocurrió- para una escuadra necesitada de victorias. Ahora el equipo otea el horizonte con una perspectiva mucho más decidida y ambiciosa, pensando que este año, por qué no, podría ser.

    En busca de ese punto de inflexión se encuentra el Haría CF al que le urgen un par de triunfos consecutivos que alienten a la plantilla en su menester. También la UD Lanzarote lo necesita, en cierto modo, y a su manera. Tras varias semanas sin ganar tiene que frenar la "sangría" de resultados para no caer en el desánimo, en el desaliento.

    Sólo hace falta un instante fugaz; un segundo que todo lo cambie. Una acción certera para ver caer el agua y pensar... ya llueve menos.

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