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Marcos Machín, uno de los capitanes más recordados de la UD Lanzarote

Comenzó en el CD Lomo para jugar en la UD Lanzarote, Valladolid, Zamora, Torrejón y Orihuela

  • Radio Marca
  • Archivo / M.M
  • Retomamos parte de la historia de nuestro deporte con un nuevo capítulo de deportistas lanzaroteños históricos, lo hacemos con Marcos Machín Arbelo, que nació el 8 de diciembre de 1955 en Soo – Teguise – Lanzarote.

    Marcos es uno de los ex jugadores de la UD Lanzarote más recordados por los aficionados de aquella época; ello no sólo, por su calidad como futbolista, sino también, por su carácter, su humor y su facilidad para hacer amigos. Como las sandías de su pueblo, “rodando” llegó a Arrecife cuando sus padres trasladaron su domicilio a la capital. En su barrio del Lomo se interesó por el fútbol al que llegó por amor, aunque lo que le gustaba era la lucha canaria. No fue por su amor, sino por el que profesaba el que sería más tarde su primer entrenador a su hermana Ramona. Según explica Marcos: “Valiente me dijo que fichara por el Lomo, porque así vendría mi hermana cada tarde a traerme y buscarme y el la podía ver”.

    A sus 14 años (1969) se inicia en los infantiles del CD Lomo, posteriormente pasó un año en blanco porque la normativa de la época no le permitía por su edad jugar en juveniles cuando había acabado su edad infantil. A los 16 años pasa al equipo juvenil entrenado por Barreto y donde comienza a destacar como extremo. La falta de un lateral derecho en el equipo regional lo hace pasar a la categoría superior siendo muy joven.

    Tras su llegada al Lomo regional, es Román Cabrera quien le llama para formar parte de la plantilla en categoría Preferente. Debuta en la UDL de la mano del grancanario Pedro Martínez en la temporada 1973-74, debutando un sábado en el histórico López Socas en un partido contra el Hespérides sustituyendo a Juan Cruz.



    Su presencia en los campos grancanarios con la UD Lanzarote y su participación en algunos partidos con la Selección juvenil de Lanzarote, hace que Esteban Betancort, responsable de la Selección juvenil de Las Palmas le llame para formar parte de la misma. Ese mismo año 1974, se proclama en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla como campeón de España en un equipo que formaban: Castellano, Pacuco, Padrón, Tino Falcón, Cruz Pérez, Antonio Jorge, Calvo, Torres y Juani, entre otros.

    Tras proclamarse campeón de España con la Selección juvenil de Las Palmas, fueron el Sevilla y la UD Las Palmas los que se interesaron por él, en una época en la que Marcos vivía en una nube de ilusiones. El periodista Antonio Lemus le ofreció ir cedido a Las Palmas o al Tenerife. Al final, son el presidente y entrenador de la UD Lanzarote, Bernardo Morales Méndez y Olimpio Romero Jorge, quienes le llevan al Real Valladolid que militaba en 2ª División, a donde llega junto a su compañero en la UD Lanzarote, Miguel Ángel Aparicio (Aparicio II). Antes le habían prometido su incorporación a la UD Las Palmas, pero sólo fue Aparicio I, lo que le hace sufrir un decepción que le lleva momentáneamente a abandonar el fútbol.

    Su llegada a Valladolid se produce acompañado por uno de sus hermanos y Bernardo Morales, pero cuando estos se vuelven a Lanzarote, al contrario que su compañero Aparicio II, que se mostraba más centrado, Marcos decide regresar a casa abandonando el equipo que dirigía Héctor Nuñez. Regresa a Valladolid para hacer la pretemporada en Ripoll – Gerona. Allí empieza la pretemporada como titular, pero sufre una lesión de ligamento de rodilla.

    Su marcha al servicio militar le lleva a jugar cedido por el Valladolid en el Torrejón de 2ª B en Madrid. En fechas navideñas se vuelve sin permiso a Lanzarote teniendo que cumplir con 15 días de prevención en el cuartel. Posteriormente es cedido al Zamora donde juega en Copa del Rey frente a la Real Sociedad teniendo que marcar en ese partido a Boronat.

    En la temporada 1978-79 vuelve a jugar en la UD Lanzarote con Román Cabrera, iniciando una nueva aventura peninsular en la 1979-80 en el Orihuela de 3ª División, donde permanece también la campaña 1980-81, entrenando a las ordenes del que fuera jugador del Real Madrid, Enrique Mateo. Su presencia en el Orihuela le lleva a jugar con la Selección de Alicante entrenada por Koldo Aguirre, con la que se enfrenta en uno de sus partidos al Torpedo de Moscú al que ganaron por 1-0.

    Es el periodista lanzaroteño Agustín Acosta quien le abre las puertas del Málaga a Machín, con el equipo malagueño se prepara para viajar a un torneo de pretemporada en Melilla. Cuando está a punto de viajar con el Málaga, reaparece la añoranza y regresa a Lanzarote para jugar el Torneo de San Ginés con la UD Lanzarote a las ordenes del húngaro Joseph Toth en la temporada 1981-82. A partir de ahí, permanece durante 13 temporadas en la UD Lanzarote en la que ejerció de capitán.

    Su retirada como jugador le lleva a formar parte del equipo técnico de Benito Morales en la UD Lanzarote ejerciendo de segundo entrenador. Pero, una vez comenzada la Liga, Carlos Quintana que había sido uno de sus entrenadores en la UD Lanzarote le llama para reforzar al CD Teguise en Preferente, donde realiza una buena temporada. El acuerdo entre Quintana y Machín era que aquella temporada jugaba en Teguise, pero no se enfrentaría a la UD Lanzarote. Las circunstancias de finales de temporada hicieron que Marcos tuviera que alinearse contra la UDL en uno de los últimos partidos en el que los rojillos se jugaban el ascenso.

    Regresa de nuevo a la UD Lanzarote como 2º técnico con Paco Causanilles. Posteriormente ejerció de técnico en el CD Lomo regional, bases de la UD Lanzarote y en los cadetes del Tías.

    Uno de sus recuerdos más anecdóticos lo vivió en La Palma, donde tras jugar, tuvo que permanecer con toda la expedición de la UD Lanzarote cinco días sin poder salir de La Palma por el cierre del aeropuerto por causas meteorológicas. Cinco jornadas que se vivieron del hotel al Chipi para comer y al aeropuerto para intentar viajar. En aquella ocasión Marcos sufrió la caída desde un balcón del hotel acabando con dos de sus costillas con fisuras. Al domingo siguiente, tras una semana tormentosa se enfrentaron en Arrecife al Maspalomas cayendo derrotados por 0-5.

    Actualmente dice Machín, que: “Los niños y jóvenes de hoy no saben lo que tienen con los campos de césped, vestuarios, transporte, ropa de entreno… Yo iba con mi bolsito y al llegar a casa había que lavar la ropa, jugábamos en el Avendaño Porrúa con 5 centímetros de arena negra. Recuerdo que en el Lomo entrenábamos en el primer llano lleno de piedras que encontrábamos en los alrededores del hospital”.

    Marcos comenzó a jugar como extremo en su edad infantil y juvenil, pero fue como lateral derecho donde realizó sus mejores actuaciones y como todos le recordamos.

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