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De la previa de Champions a la Tercera canaria

Héctor Figueroa disfruta del Grupo XII de la Tercera División defendiendo la elástica del Gran Tarajal

  • Guillermo Uruñuela
  • Marca.com/Tinta Amarilla
  • Día a día el balompié nos demuestra que las líneas fronterizas que existen entre el fútbol profesional y el amateur pueden llegar a convertirse en algo intangible. Hemos relatado ya, en más de una ocasión, cómo un futbolista puede pasar del todo a la nada- y viceversa- en cuestión de meses; Héctor Figueroa es un buen ejemplo de ello.

    Cerca de los 31 años, y tras una vida recorriendo los campos de nuestra geografía ha recalado esta temporada en las filas del Gran Tarajal donde compartirá vestuario con su hermano David Figueroa.  Y es que esta familia lleva el verde en la sangre. Seguramente el mayor de los tres, Momo (Jerónimo Figueroa; UD Las Palmas), fue el encargado de envenenar la vida de los pequeños de la casa.

    El fichaje por el conjunto majorero y su regreso al archipiélago sin duda es una buena noticia pero lo realmente llamativo de esta operación es el giro radical que ha sufrido la carrera de Héctor en apenas unos meses. El que fuera jugador de la UD Las Palmas, Ponferradina, SD Huesca o Burgos, entre otros, disputó en junio de este mismo año la previa de Champions con el Lincoln Red de Gibraltar en la cual cayó eliminado por el campeón de Kosovo (Feronikeli) y tanto él como el míster grancanario Víctor Alfonso se quedaron sin opciones de continuar en la máxima competición continental.

    Ahora, lejos de los focos de la Champions y del fútbol profesional, Héctor Figueroa disfruta del fútbol en Fuerteventura en un Gran Tarajal que ha dejado claro desde la primera jornada que pese a ser un recién ascendido a buen seguro peleará por el play off. Un lobo con piel de cordero. 

     

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