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Travesía "Alejandro Candela"

Artículo de opinión de Moisés Clavijo, redactor de Radio Marca Lanzarote

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  • Ayer tras haber terminado de almorzar, recibí la llamada de mi compañero Guille; no suele llamar a esas horas y pensé que me iba a comentar algo relacionado con el programa o con esta web. Lamentablemente era para darme la noticia del fallecimiento de Alejandro Candela, algo que tardé un par de minutos en asimilar e intenté corregir a mi compañero diciéndole que debía ser un error y era otra persona la que había hecho ese viaje sin retorno. Pero Guille no estaba equivocado y tras su llamada me empezaron a llegar mensajes confirmando la mala noticia. Toda la tarde estuve dándole vueltas a la cabeza de si debía escribir algo para publicarlo en la web, lo hablé con mi compañero y decidimos no hacerlo. El sufrimiento de esa familia ya era demasiado grande y no queríamos quitar el espacio a la intimidad que necesitaban sus seres queridos en esos momentos.

    No conocía a Alejandro, mi relación con él se reduce a una conversación mantenida en un programa de radio felicitándole por haber logrado vencer en la Travesía de La Bocaina. Era un chico tímido que en el agua se transformaba en un guerrero. Tengo la suerte de haber compartido varias travesías con él, lo veía siempre feliz al lado de su grupo de amigos y compañeros del club y con un físico al que le tenía cierta envidia sana. Pero lo que más me llamaba la atención era ver los tiempos que hacía en las pruebas. Registros inalcanzables para la mayoría de los seres humanos. Los que sabemos lo que cuesta bajar las marcas en este deporte nos hacemos una idea del entrenamiento, esfuerzo, sacrificio y talento que ostentaba Alejandro.

    Hablé alguna vez de él con Ricardo, uno de sus entrenadores. Me decía que tenía en sus manos a un diamante y que poco a poco lo estaban puliendo. Sus palabras siempre fueron de fascinación hacia su alumno y nunca supo decirme con franqueza hasta dónde podría llegar pero sí que iba a lograr muchos triunfos en su carrera deportiva. Además era un buen estudiante, por lo que su vida estaba avocada a tener éxito.

    En la tarde de ayer y tras asimilar la dolorosa noticia recordé que este fin de semana se celebra la Travesía de San Juan, una prueba valedera para la Copa Insular de Aguas Abiertas, una competición en la que Alejandro ha sido el vencedor en las tres últimas temporadas. Le propuse a la consejera de Deportes del Cabildo, (no sé muy bien si está en sus manos) realizar un cambio en el nombre de esta prueba en homenaje a este buen deportista lanzaroteño y la Travesía San Juan denominarse a partir de esta edición, Travesía Alejandro Candela.

    No quería terminar de escribir este artículo sin antes mandar un fuerte abrazo y mucho ánimo a la familia de sangre de Alejandro Candela que hago extensible también a su familia deportiva, el CN Nadamás, y a todos sus seres queridos. 

     

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