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Prórroga y derrota para el Aloe Plus Lanzarote

Al conjunto lanzaroteño sólo le faltó cerrar el partido ante el Globalcaja Quintanar (62-66) 

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  • Continúa el casillero de victorias a cero del Aloe Plus Lanzarote Conejeros, pero mucho no ha de durar porque el equipo cada vez tiene mejores sensaciones en cancha y en cada partido es capaz de tener contra las cuerdas a su rival, aunque se le escapan los partidos por detalles. El último, el disputado este domingo ante el Globalcaja Quintanar, un equipo que llegaba con sólo dos derrotas a la isla de Lanzarote y que sudó muchísimo para no irse con una tercera.

    El Aloe Plus Lanzarote Conejeros consiguió estar por delante en el marcador durante 37 de los 40 minutos del tiempo reglamentario, y no fue hasta que a falta de tres minutos los rivales conseguían su primera ventaja en el electrónico, pudiendo empatar los lanzaroteños y forzar la prórroga, donde finalmente acabaron cayendo.

    La conducción del argentino Agustín Lecona, sumada a la experiencia de Cándido Matoso, Juan Vivas y Richard Nguema que regresaba de una lesión, junto con la insolencia de los jóvenes como Victor de Haro desde la zona perimetral o Elvis Pereira, que sigue en su clara progresión, pudieron con la consistencia del Globalcaja, que tuvo muchos problemas cuando tocó defender jugadas con alta velocidad.

    La sólida defensa lanzaroteña se mostró cada vez más compenetrada, concentrada y efectiva, donde los rebotes capturados por Chike Augustine y Cándido Matoso con 20 en total, hicieron que fuera una auténtica pesadilla para un Globalcaja que tuvo en Joaquín Carrasco a su mejor jugador y que veía como Artem Yailo, cogía el camino de la ducha antes de tiempo tras dos faltas antideportivas, que le costaron su eliminación cuando todavía quedaba más de un cuarto por disputarse, pudiendo mermar al corto banquillo peninsular.

    Toda la lucha que hacían los locales tenía como premio una ventaja que oscilaba entre 3 y 4 puntos, poco premio para lo que estaban realizando en la cancha, pero si era poco premio era porque el rival también juega y, un equipo con tanta calidad, por jugadores que les falte, siempre es un hueso duro de roer.

    En los últimos tres minutos del último cuarto se desdibujó el Aloe Plus Lanzarote Conejeros y perdió la ventaja que llegó a tener, de hasta 7 puntos, para ver como el rival le daba la vuelta al choque. Los locales estaban tocados, pero no hundidos, y lo refrendaron con el empate e incluso un último lanzamiento que no llegó a entrar, forzando la prórroga.

    En el tiempo extra se terminó de acabar el sueño insular. Joaquín Carrasco, con dos genialidades, ponía por delante a su equipo sin que pudieran reaccionar los lanzaroteños, que acababan doblando las rodillas, víctimas de la impotencia, cayendo por 62 a 66.

    La próxima semana, nueva reválida, con ilusiones renovadas e intactas y el firme convencimiento de que la primera victoria está cada vez más cerca. Quizás, la próxima semana, en cancha del Movistar Estudiantes pueda ser una buena oportunidad.

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