Empate entre tensión y desgaste

La expulsión de Horkaš obligó a resistir toda la segunda parte ante un Mirandés creciente y peligroso (0-0)
La Unión Deportiva Las Palmas obtuvo un empate que, aunque inicialmente parecía insuficiente, terminó considerándose valioso debido a las circunstancias adversas que enfrentó durante gran parte del encuentro. El conjunto amarillo jugó más de cincuenta minutos con un futbolista menos tras la expulsión de su portero, Dinko Horkaš, lo que condicionó por completo el desarrollo del partido y obligó al equipo a adoptar un plan de resistencia defensiva.
El encuentro comenzó con un dominio claro de Las Palmas, que presentó un solo cambio respecto al choque anterior: la inclusión de Jonathan Viera en el once titular. El capitán volvió a aparecer como interior, permitiendo que Manu Fuster se ubicara en una posición más centrada y menos escorada a la banda. En este arranque, el equipo grancanario buscó juntar muchos jugadores por dentro para generar superioridades y filtrar balones hacia Miloš Luković, quien tuvo dos ocasiones prometedoras que terminaron anuladas por fuera de juego.
A pesar del dominio inicial, el Mirandés supo reaccionar y amenazó la portería amarilla en varias transiciones, destacando un disparo de Iker Varela tras un error defensivo. Las Palmas también generó peligro gracias a una combinación entre Pejiño y Viera, que obligó a actuar al guardameta rival. Sin embargo, la primera parte se torció para los locales cuando el VAR avisó al colegiado de que Horkaš había tocado el balón con la mano fuera del área, lo que derivó en su expulsión. Caro ingresó en su lugar para debutar en liga.
Justo después, otro susto llegó en forma de penalti señalado por mano de Sergio Barcia. No obstante, el VAR intervino nuevamente y anuló la pena máxima al comprobarse que el brazo del central estaba pegado al cuerpo. Pese a librarse de ese golpe, las sensaciones de Las Palmas eran de incertidumbre y descontrol, mientras el Mirandés, penúltimo clasificado, ganaba confianza y terreno.
En la segunda mitad, Las Palmas se replegó en un 4-4-1 y renunció prácticamente al ataque. El objetivo pasó a ser resistir, mantener el orden y aprovechar alguna acción aislada. Los minutos avanzaron y el equipo comenzó a resentir el desgaste físico, lo que llevó a Luis García a realizar cambios para refrescar las bandas y posteriormente la delantera. Enzo Loiodice tuvo la ocasión más clara en el tramo final con una volea que pudo cambiar el resultado.
Finalmente, el empate se dio por bueno. Las Palmas no brilló, sufrió más de lo esperado y jugó condicionada por la expulsión, pero logró sumar un punto que podría ser importante a largo plazo.