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UD Las Palmas vs Atlético de Madrid: las claves del encuentro

Victoria que pone en el horizonte el sueño de alcanzar los puestos europeos y que consagra la destreza táctica de García Pimienta 

  • Radio Marca Lanzarote
  • Archivo
  • La Unión Deportiva Las Palmas frenó en seco la proyección de todo un Atlético de Madrid que venía de cuajar media docena de triunfos consecutivos, y no lo hizo de cualquier manera: hubo juego de posesión, querencia por la pelota, atrevimiento y espíritu de sacrificio. Estas son las constantes que han convertido a los insulares, al margen de nombres propios, en el equipo revelación de la temporada y que sirvieron el pasado viernes para sellar en el marcador el 2-1 definitivo. Los goles de Kirian y Benito encendieron la mecha, sólo mitigada por Morata en los últimos minutos de arreón colchonero.

    Convencidos de su perfil más afilado en el fútbol de toque, los chicos de Pimienta asumieron pronto la iniciativa a base de control y largas circulaciones, combinadas con una presión alta que en los primeros compases contuvo muy bien la salida de balón rojiblanca. Aceptó sin titubeos el Cholo su papel secundario en esta batalla por el dominio, a pesar incluso de haber metido a Pablo Barrios en el once titular, que siempre es una firme declaración de intenciones. La dinámica grancanaria del pase sobre el pase una y otra vez hasta que alguien pisa el acelerador fue creciendo gracias a gente como Kirian Rodríguez, empeñado en ejercer de pulcro todocampista. Una garra y fuerza palpable tanto dentro como fuera del campo, pues su tentativa goleadora ya lo coloca como una de las referencias entre pronósticos y apuestas, como se puede comprobar en comparadores donde figuran desde la mejor página de apuestas hasta aquellas con diferentes previsiones.

    Junto al tinerfeño estuvieron Perrone, midiendo los tiempos como nadie, y Alberto Moleiro por la banda izquierda, que siguió mostrándose como una mezcla de nervio y elegancia en cada labor ofensiva. Sus cambios de ritmo y su soltura para moverse en la mediapunta están remediando la falta de regate y de uno contra uno que vivía el equipo en zona caliente. La magia amarilla sometió al Atlético en la sala de máquinas y en ese costado; en el contrario mandó la velocidad de Marvin sobre Riquelme, a quien superó en numerosas ocasiones en el que fue uno de los grandes duelos de la noche. El extremo canario estuvo incisivo, aprovechó la debilidad rojiblanca en el lateral y se ocupó de darle verticalidad a los suyos.

    Pese al monopolio de balón que fue capaz de imprimir el cuadro amarillo, los de Simeone permanecieron a la espera, jugando a hacer daño en los pocos errores que concedieron los locales. Primero la tuvo Barrios en el minuto 14 con un disparo dentro del área que acabó deteniendo Álvaro Vallés, y ya en el 22, a pase de Griezmann al espacio, fue Riquelme el que se plantó solo ante el portero; su zurdazo cruzado lo despejó el guardameta canario con las piernas, en otro alarde de reflejos que lo han colocado este año como uno de los mejores porteros de la categoría. Salvo un disparo de Munir de larga distancia que se marchó por encima del travesaño, no hubo más ocasiones de peligro en este primer periodo.

    Si bien es cierto que el Atlético no necesitó hacer apenas nada para estar más cerca del gol, enfiló la segunda mitad noqueado por el baile de juego que acababa de recibir. A la Unión Deportiva le faltó una dinamita de cara a portería que consiguió lucir a los cinco minutos de la reanudación. Moleiro recogió sobre la línea de banda una pérdida de Griezmann, progresó por el carril, tocó con Cardona y este se la entregó mansa a Javi Muñoz, que la dejó pasar para que Kirian Rodríguez, al borde de la media luna, firmara un tiro raso ajustado al palo izquierdo al que no pudo llegar Jan Oblak. El 1-0 subió al electrónico.

    Lejos de claudicar, el conjunto visitante encontró en la explosividad de Riquelme una forma de respuesta que a punto estuvo de poner el empate. El madrileño volvió a hacer del desmarque una virtud, pisó área, recortó y se sacó un disparo que detuvieron a medias la base del poste y la manopla de Vallés. Tras esto, volvieron a apagarse las luces para los de Simeone, que sentó en el banquillo a Koke y Griezmann para dar paso a Llorente y Correa, para buscar casi a la desesperada un giro de guion que resolviera el entuerto. El juego en largo se instaló en el planteamiento colchonero.

    También refrescó su propuesta García Pimienta y sustituyó a Alberto Moleiro por Benito, una fórmula de la que obtuvo recompensa en el 75. El centrocampista de La Aldea marcó el segundo con un disparo potente dentro del área, ceñido al palo cubierto por Oblak. La jugada nació de un error rojiblanco en una salida de balón que aprovechó Javi Muñoz. Este recuperó y combinó con Munir, que habilitó a Benito para ensanchar la distancia. El último tramo del partido tuvo hasta un par de contestaciones claras del Atlético de Madrid. La primera fue exitosa, con Morata cazando un centro de Riquelme por la derecha que supuso el 2-1; la segunda, ya en el 90, estuvo cerca de poner la igualada: el delantero de la selección envió el esférico al larguero tras un rechace de Vallés.

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