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Deporte y póker, una fórmula que resiste

Artículo www.radiomarcalanzarote.com sobre el mundo del tapete

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  • Hace ya unos siete años, justo desde que la coloquialmente conocida como la Ley del Juego entrase en vigor, que vemos cómo numerosos clubes deportivos (sobre todo de fútbol) y deportistas de élite son patrocinados por empresas relacionadas con el póker. Para aquellos que no conozcan mucho de este juego, posiblemente sea complicado encontrar la relación entre uno y otro concepto aparte de el elemento común más obvio: el dinero que tanto uno como otro pueden llegar a mover. Sin embargo, ahondando en la historia reciente de este tipo de casos, vemos cómo de una u otra manera deportistas de élite se sienten atraídos por el ya nombrado por muchos como “deporte mental”.

    Efectivamente, algunos deportistas famosos han sido el rostro de marcas y eventos relacionados con el póker y, a la inversa, algún equipo ha llevado logos claramente reconocibles en sus camisetas. Sin embargo, en cuestiones de patrocinio suelen ser más las casas de apuestas deportivas las que pagan por ser vistas en los partidos. La relación principal entre deporte y póker viene dada más por los puntos coincidentes en la práctica de uno y otro. De una parte, la competitividad es la clave en ambas prácticas: sea en deportes individuales como el tenis o de equipo como el fútbol, es el ánimo de ganar a otros lo que mueve a cada deportista a intentar superarse. Si en los deportes físicos es vital entrenar hasta el último aliento, los jugadores de ajedrez, o de póker, saben que deben entrenar también varias horas al día si quieren destacar. Ante la falsa creencia de que el póker no es más que un juego de azar, cualquier profesional indicará lo contrario: es la habilidad, la estrategia y el dominio de las reglas lo que pueda ayudar a levantar un trofeo en una competición.

    Quizá sea precisamente por la mentalidad de dedicación casi exclusiva y de esfuerzo continuo que los deportistas de élite desarrollan, que justo sean estos los que terminan por aficionarse a juegos de póker como el Texas Holdem (la modalidad más extendida y por tanto la que brinda mayores oportunidades de competir en circuitos, torneos y campeonatos). También el formato de competición en el póker se puede asemejar en parte a las ligas deportivas, y es que, como hemos comentado, lleva años considerándose la posibilidad de definitivamente otorgarle la etiqueta de deporte mental. De hecho, han existido varias mociones para incluirlo como deporte olímpico.

    Si hay algo que sabe todo jugador es que deben mantener las emociones bajo control y la mente fría, cuestiones que los entrenadores y preparadores tratan de inculcar en todo deportista, sea profesional o amateur. Evidentemente, debe existir una motivación, una. pasión, un ánimo de imponerse sobre el rival, pero este sentimiento no debe ser el que lleve la voz cantante. La motivación en el deporte es el trofeo, la medalla, la fama (aparte de la satisfacción personal, se entiende), y en el póker, también ser condecorado pero principalmente la suma en metálico del premio final. Aunque en todos los casos el proceso se disfruta, no hay duda de que el premio juega el más importante de los papeles, por tanto, supone un auténtico desafío mantener el autocontrol a nivel mental.

    Vistos los nexos de unión entre el póker y otros deportes como el fútbol, el tenis, la fórmula 1 o el golf, se puede entender que algunos deportistas ya retirados de la competición por la edad o por lesiones irreversibles se hayan visto seducidos por seguir dando rienda suelta a su deportividad y competitividad a través del póker. Algunos, pues, cambiaron una cosa por otra, como Ramón Colillas, y otros sencillamente siguen jugando por diversión en su tiempo libre, como Gerard Piqué, que ha llegado incluso a participar en las World Series of Poker pero no abandona el fútbol. Sí que es cierto que económicamente distan mucho el deporte tradicional y el Póker: mientras que en el primero el mercado de fichajes pone un valor económico por temporadas a los miembros del equipo, cuando un jugador profesional de póker va de por libre sus ganancias serán lo que consiga en cada torneo (después de impuestos). Sin embargo también es posible que pase a formar parte de un Team dentro de alguna importante marca como 888. Lo que a nivel económico sí tienen en común es que ambos tributan de manera diferente que en las profesiones tradicionales (como sucede en la rama de artistas, conferenciantes, etcétera). Tienen su propios requisitos y retenciones, por lo que, de dar el salto de una disciplina a otra, al menos ya son conscientes de que sus derechos y obligaciones, cotizaciones y demás, estarán sujetos a regímenes especiales.

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